Si te quejas de que te duele todo, si notas que tus músculos están fuertemente doloridos, si sientes quemazón o fatiga muscular, si sufres de trastorno de sueño, si tu intestino está irritado, si sientes un fuerte dolor en la cara o la cabeza, si tus menstruaciones son dolorosas, si tus articulaciones están rígidas por la mañana, si te falla la memoria, si sientes las manos acolchadas, si tienes calambres musculares, si tienes sensación de hinchazón en las extremidades, si tienes mareos, si tienes sequedad de ojos y de boca, si tu coordinación motora ha sufrido alguna alteración, si has visitado a tu médico y después de muchas pruebas no se han encontrado alteraciones en las mismas y después de tratarte no has encontrado un alivio considerable, probablemente tengas un diagnóstico de Fibromialgia.
El paciente suele presentar cuadros de depresión y ansiedad, se siente enfermo, incomprendido, de aqui la importancia del apoyo familiar y la valoración por profesionales que conozcan bien esta patología, es decisivo en la evolución positiva de la enfermedad.
Quienes padezcan esta enfermedad saben sobradamente que con independencia del estado de salud, existen otros problemas asociados, que en definitiva merman siempre la calidad de vida.
El Reiki es una técnica de sanación natural, es una técnica de transmitir energía curativa, es una técnica de ralajación maravillosa, que te da paz, tranquilidad, armonía con todo lo que te rodea. Cuando un practicante de Reiki pone sus manos sobre tu cuerpo con la intención de sanarte, desde ese mismo instante, ya comienzas a sentir los beneficios de tan milagrosa terapia. Enfermedades tan graves como la esclerosis múltiple, enfermedades coronarias o la propia fibromialgia han sido tratadas con éxito con Reiki.
Posiciones de las manos para tratarte con Reiki: 1 Sobre la cabeza. 2 Dorso de la cabeza. 3 Sienes. 4 Frente. 5 estómago e intestinos. 6 Las partes doloridas por la enfermedad.
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