...DIRIGIDO A SANADORES REIKI...

El Amor es el que sana

Hay que conseguir de las personas que se quieran a sí mismas, hay que enseñarlas a sentir y a expresar amor, y esto depende de nuestra habilidad para amarlas y mostrarles que son dignas de ser amadas.
¿Por qué es tan importante el amor en la sanación? simplemente porque es lo más significativo en la vida humana. El amor es el hilo de oro que une las múltiples formas de sanación que existen. Sabemos que no seremos perfectos, pero es maravilloso intentar llegar a serlo. La sanación a través del amor se puede descubrir también como la forma de ayudar a las personas a volver sobre el camino de sus propias vidas.
Todos tenemos nuestra propia manera de expresar amor, y si la descubrimos, viviremos más tiempo, gozaremos de más salud, disfrutaremos más de la vida y recibiremos también más amor de otros. La terapia reiki debe ayudar a la gente a redescubrir sus propios y originales caminos de amor. No somos perfectos, pero podemos perdonarnos nuestras imperfecciones. Es tan importante amar como dejar que te devuelvan el amor. El amor será auténtico cuando proceda de una experiencia viva, y si no es auténtico, no será convincente.
La sanación se consigue a través del amor, y es amor. Y el amor es el principio que une todos los enfoques sanadores - en cuanto que realmente curan - . Lo opuesto a la sanación es el juicio, y cualquier sistema de sanación pierde su eficacia en cuanto enjuicia. Cuando el cuerpo se convierte en la principal preocupación de la mente, ésta no puede desarrollar su potencial. La sanación duradera, debe servir a la mente y no ser instrumento de comparación.
Hay que sanar de todo corazón, porque el verdadero sanador regala, simplemente, la sanacion. Donde hay ansiedad, no puede haber amor.
"Los milagros son una expresión del amor, pero es posible que no tengan efectos observables" (A course in miracles de Helen Schucman).
Hay sanadores que deciden dejar la sanación, porque reconocen que, sin amor, esto no tiene sentido.
Para sanar verdaderamente, para afectar en profundidad y permanencia a la mente, un sanador no debe tener otro objetivo que el de la inocencia - para verla y para ser inocente -. Para lograr algo tan grande, la mente tiene que cambiar, para no ver meramente imágenes y creencias, sino el silencioso y tranquilo conocimiento que es el amor.
El ser absoluto y completamente inofensivo es el poder último. Cuando los sanadores se sumergen en la inocencia, lo que se ha de decir y hacer se va conociendo poco a poco.
La sanación verdadera se expresa dentro de la mente del sanador, y no dentro del cuerpo del paciente. Cuando el sanador ve que no está separado del paciente - y sólo el amor mantiene esta visión - , la sanación ya se ha conseguido. No pienses nunca en el cuerpo, la sanación es el pensamiento de unidad. El dolor de nuestro hermano sólo tiene un remedio: el mismo que el nuestro. Debe estar sano porque se une a nosotros y nosotros sanamos porque nos unimos a él.
Un aspecto del amor del sanador consiste en ayudar al cliente a superar su miedo al cambio. Hay que devolver a la gente el poder de controlar su propio bienestar, por lo que, como sanadores, nuestra verdadera labor consiste en regalar poder. Al dar energía a un cliente, estimulamos su propia energía, pero debemos educarle sobre cómo activar su propia energía y sobre cómo seguir generando energía para que el proceso de sanación siga adelante una vez que se valla.
El verdadero sanador no crea dependencia, sino que, enseña a la gente cómo tener acceso a su propia energía interior para que pueda tener lugar la auténtica transformación. El primer paso es reconocer que todos los seres existen como pautas de energía. El sanador deber ser realmente un ser radiante. Sólo llegando a ser radiante podrás saber cómo fluye tu energía en el cuerpo de otro..
Hay muchas personas que desean vivir de una forma más completa, desean gozar de una vida más plena y buscan una terapia, algunos terminan sabiendo por qué hacían o no hacían algo, pero continúan con sus malos hábitos, entonces ¿qué consiguen con la terapia? hay quienes hacen comprender a la gente por qué hace lo que hace, pero no pueden cambiar a la gente a la fuerza. Con nuestra terapia no existe este problema, porque el amor transforma el cuerpo, la mente y el espíritu, el amor crea armonía y la armonía crea belleza. Cuando nuestras manos tocan con amor a alguien, lo cierto es, que esa persona ya no es la misma, su comportamiento sufre un verdadero cambio, nuestras manos le han ayudado a verse a sí misma, y vuelven a su estado natural que es la salud, y no significa otra cosa sino, estar en armonía consigo misma y con nuestro universo. Cuanto más armonicemos con quienes somos, más sanos estaremos.
Según mi propia experiencia, la mayoría de las enfermedades físicas, las tenemos por no vivir según el guía interior que cada uno posee, parece que no aprendemos a escucharnos a nosotros mismos; si nos planteamos qué hacer, o qué queremos realmente, la respuesta, casi siempre, la obtendremos si sintonizamos con nuestra sabiduría interior. Un buen sanador es aquel que es capaz de ayudar a los clientes a ponerse en contacto con su sabiduría interior y empezar a confiar en sí mismos.
Otra vez me apoyo en mi propia experiencia : tras una grave enfermedad, mi sabiduría interior me dijo qué debía hacer, no la escuché y empeoré, entonces sí escuché al sabio que llevo dentro: tuve que retroceder y ver lo que realmente era importante en mi vida. No tuve que cambiar dietas ni hábitos, sólo tuve que cambiar mi forma de pensar y escuchar a mi guía interior que sólo me repetía:" quiérete tú y quiere a los demás..." Desde entonces intento ayudar a las personas a conectar con su propio potencial sanador, y a esperar a que la fuerza superior que a ambos nos da vida, traiga la sanación. En una relación sanadora, ambos sanamos y ambos somos sanados... "Que el amor, la paz y la sabiduría os ayuden a entender...".-